lunes, 21 de mayo de 2012

Corazón con schotch



Nuestra mirada baja y nuestro corazón late más rápido, no son los nervios es la desesperación de un corazón roto que cree no encontrará nada que lo vuelva a pegar. Llega el pegamento y no sirve, ni para ser temporal, llega la colafría y se desliza junto con la sangre las cuales se van a pasear por alguna arteria, venas  o por ahí, llega la silicona pero lo único que hace es pegarse en cada pedazo y no juntar ni uno, llega un cuerda pero más se enreda que junta, llega la corchetera pero solo causa más dolor y así comienzan a llegar muchos para intentar juntarlo, en eso llega un nuevo amor y parece que el caprichoso no hubiese sufrido nunca ninguna herida.

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